miércoles, noviembre 08, 2006

Cambio Sistema Electoral: Una transformacion necesaria



Todo régimen democrático debe respetar, promover y garantizar la representación de minorías dentro del sistema político, es decir, la democracia como sistema de gobierno, requiere de una representación real de los ciudadanos, sin exclusión alguna. Ningún sector político o social debe estar al margen del sistema y es el mismo sistema quien permita la representación de cada uno de esos sectores, específicamente, dentro del Parlamento.
Desde esta perspectiva, el sistema binominal (como todo sistema creado sin la legitimidad popular) ha omitido este principio básico dentro del sistema democrático.
El binominalismo ha traído como consecuencia precisamente la exclusión de sectores políticos con una alta adhesión popular, que, sin embargo, dentro de este sistema no tienen cabida debido a la inexistencia de una proporcionalidad entre la cantidad de votos y el número de escaños que los haga partícipes del poder legislativo.
Al momento de calificar un sistema electoral lo hacemos sobre la base de la representatividad (proporcionalidad entre votos y escaños), efectividad (capacidad para formar coaliciones) y participación. Dos de estos aspectos (representatividad y participación) son los que nos hace calificar a este sistema electoral como un sistema que no está acorde a al sistema democrático que queremos construir, el que se ve reflejado por la baja participación política de los actores de la sociedad en la construcción de políticas.
La gobernabilidad se entiende como las condiciones que se deben dar para contar con una democracia eficiente, justa, legítima y participativa. Es una situación en la que el pueblo acepta, respalda y sigue las decisiones de su gobierno, el cual consideran legítimo y representativo de la soberanía que radica en ese pueblo. Desde este punto de vista, si bien, el sistema binominal ha contribuido a la generación de un ambiente de gobernabilidad en el país, ha dejado de lado un aspecto importante dentro de este concepto, el cual es el valor democrático que debe poseer el sistema electoral, el cual no es profundamente representativo, ya que la voluntad de la ciudadanía no se ve expresada en su totalidad.
Es así como dentro del contexto de la voluntad política generalizada para cambiar este sistema electoral, es necesario implantar en éste, principios democráticos que permitan perfeccionar la democracia ya consolidada que tenemos.
Se necesita de un sistema electoral que respete la voluntad soberana, que sea inclusivo y no exclusivo.
Se requiere de una proporcionalidad no sólo de los votos con el número de escaños, sino que también se requiere de una proporcionalidad entre la población de un territorio determinado y el número de escaños, y así igualar el valor del voto.
Debemos construir un sistema más inclusivo, que reduzca la distorsión en la representatividad, que aumente el poder de decisión de los ciudadanos y no de los partidos políticos, para que las personas se sientan partes de la construcción de una país más democrático, aumentan la relevancia de los actores del sistema político.
Un sistema electoral, requiere de la conformación de sectores políticos que contribuyan a dar una estabilidad dentro del sistema democrático, que asuman los problemas de las personas dentro de la sociedad brindando respuestas óptimas a dichos problemas haciéndolos partícipes de su solución.

A partir de estos principios debemos perfeccionar nuestra democracia consolidada fortaleciendo los valores, principios y reglas que caracterizan a todo sistema democrático y acercar las decisiones a la ciudadanía, incentivan la participación de ésta.A la luz de este análisis político, y no coyuntural, debe cambiarse el Sistema Electoral por uno Proporcional que represente las voluntades de todos los ciudadanos de nuestro país, apuntando a transformaciones que perfeccionen el injusto sistema de representación política que actualmente impera en nuestro sistema político.

martes, octubre 04, 2005

Participación Política II


Los jóvenes somos las personas que sin duda disfrutamos más de nuestras libertades. A ningún joven le hubiese gustado vivir los tiempos del golpe militar, aquellos tiempos donde teníamos que estar atentos al "toque de queda" y salir a bailar hasta una hora determinada, aquellos tiempos donde la cultura era escasa, no teníamos acceso a las diferentes tendencias musicales que se desarrollaban en Europa o Estados Unidos ya que contenían un mensaje contrario al conservadurismo de la dictadura.

Pero en los 90 la alegría llegó junto con una democracia que nos da plenas libertades civiles. Sin embargo, no las hemos tomado en cuenta. Como lo mencioné en el texto anterior, existe una baja participación política de los jóvenes y los políticos han hecho poco o nada para revertir esta situación. La campaña de inscripción en los registros electorales si bien incentiva a los jóvenes a hacerse parte de sus derechos civiles, no comparto la idea de que esta iniciativa del gobierno logre incentivar de manera efectiva la participación de los jóvenes, es decir, van a participar, pero una vez cada cuatro años aproximadamente.

Participación política según el reconocido filósofo político Gianfranco Pasquino es "aquel conjunto de actos y actitudes dirigidos a influir de manera más o menos directa y más o menos legal sobre las desiciones de los detentadores del poder en el sistema político o en cada una de sus organizaciones políticas, así como en su misma selección, con vistas a conservar o modificar la estructura del sistema de intereses dominante".
Esta definición nos hace reflexionar sobre de qué manera los jóvenes vamos a influir en las desiciones del sistema político. El panorama es totalmente desalentador, las demandas juveniles las lideran sólo unos pocos de los millones de jóvenes que existen, las ideologías e ideales se están extinguiendo (es solo ver las campañas electorales lideradas por el marketing) y la conformidad y pasividad transforma a una juventud más consumidora y menos ciudadana.

Es necesario que las organizaciones políticas se hagan las preguntas y reflexionen sobre ¿A dónde está el ideal democrático por el que lucharon miles de jóvenes para derrocar la dictadura militar? ¿Una democracia es democracia en donde las desiciones las toman sólo los políticos sin la participación ciudadana? ¿Los partidos políticos como canales de las demandas de la ciudadanía, están cumpliendo su verdadero rol? ¿Soñamos con una causa mucho más superior a la de nuestro alcance?

jueves, septiembre 29, 2005

Participación Política I

Durante los años 60 y 70 los jóvenes eran verdaderos factores de cambio, figuraban como actores protagónicos de las transformaciones y demandas en el ámbito político. En esos años existía una "matriz partidocéntrica", es decir, el eje de identidad era por encima de todo, la ideología que representaba un partido político. Desgraciadamente esas ideologías se han ido perdiendo gradualmente y lo podemos notar por las consignas de campañas de ayer, "revolución en libertad" y hoy, por sólo poner un ejemplo, "te toca a ti" acompañado de la sonrisa más ancha posible. El eje de identidad también se ha perdido, hoy existe una "matriz mercadocéntrica", todo está ligado al consumismo y al materialismo.

Como es evidente, los jóvenes también han sido partícipes de este lamentable fenómeno, la baja inscripción en los registros electorales es sólo un indicio de que la juventud no "pesca" la política, es decir, existe un profundo desínteres tanto de los jóvenes hacia la política, como de los políticos hacia los jóvenes. Esto se puede comprobar por la carencia de políticas dirigidas a los jóvenes, no existen propuestas que respondan sus demandas, por lo tanto, las ofertas políticas dirigidas hacia ellos es prácticamente nula y si es que existen propuestas, no producirán un cambio sustantivo en el sistema político para darles más espacios para que, conjuntamente, elaboren e implementen las políticas dirigidos a la juventud.

Este desinterés de los jóvenes hacia la política es debido principalmente a que han encontrados otras formas de ser actores sociales al margen de la política. Sus identidades ya no están ligadas a una posición ideológica particular, sino que ya sea a un estilo musical, una actividad cultural, a un equipo de fútbol (todo esto va acompañado habitualmente por una manera de ser y de vestir que los diferencia de otras identidades juveniles), en fin, la política de la trascendencia para los jóvenes pasa a un tercer plano.

Mientras la educación cívica en los colegios sea insuficiente o prácticamente no exista, mientras no haya una renovación de las "caras" en la política nacional, mientras existan algunos políticos que no van a las sesiones de las cámaras, mientras se vean cada vez más envueltos en querellas por corrupción, mientras más políticos manchen el sentido de vida que tenemos muchas personas con ganas de transformar nuestra comunidad, mientras existan menos canales de participación efectiva para los jóvenes, vamos a seguir haciendo campañas de inscripción electoral que no tienen mucha trascendencia en el cambio que queremos hacer en la mentalidad de los jóvenes, en cambiar el desinterés de los jóvenes sobre la política.

martes, septiembre 27, 2005

"Jóvenes piden apoyo"




El pasado miércoles 24 de Agosto, un grupo de jóvenes secundarios llamados “Acción Política Secundaria” llevamos a cabo un foro de formación y participación política al que invitamos a más de 60 colegios entre municipalizados, subvencionados y particulares de Valparaíso y Viña del Mar. Resultado: asistieron sólo 12 colegios.
Esta baja asistencia en comparación a la convocatoria que se realizó, es culpa directamente de algunos directores y profesores de los colegios de nuestra región.

Nos dicen que no tenemos interés por lo social, que no nos importa la política, que somos seres individualistas y que no nos pueden entender.

A mi se me hace mucho más difícil entender a las personas que se asombran por la baja inscripción en los registros electorales de los jóvenes y que después impiden los pocos espacios de discusión, de opinión y de participación que tienen los estudiantes secundarios.
Me refiero a los forjadores del futuro de nuestro país, a los profesores y directores de los establecimientos educacionales.

Espero que estas personas dejen atrás la costumbre de esconder las cartas que les son dirigidas a los presidentes de los Centros de Alumnos, ya que le hacen un grave daño a las personas que quieren cambiar la perspectiva que tienen los jóvenes de la política y también le hace un grave daño a la clase de ciudadanos que queremos en el futuro.

Esta fue una carta al director que envié al diario "El Mercurio de Valparaíso" el 30 de Agosto, 6 día después del foro que organizamos con Acción Política Secundaria. El título fue puesto por los editores del diario.

lunes, septiembre 26, 2005

La tradición de la inercia


El festival del cantar, la semana de aniversario, el festival de rock, el campeonato de fútbol, el día del niño, el campeonato de basketball, la semana de la “chilenidad” (que lo único de chileno que queda es el torneo de cueca), el día del profesor, el día del alumno, el día de la mujer y fiestas, entre otros tipos de actividades son el programa típico de un Centro de Alumnos. Las mencionadas fechas denominadas “memorables” son aquellas que constituyen la tradición del colegio y mientras mejor estén organizadas, más prestigio tendrá el Centro de Alumnos de turno.

Por otro lado, más de 7000 personas viven en las calles, miles de personas viven en la miseria absoluta, cientos de jóvenes comen lo que nosotros desechamos, miles de jóvenes no tienen cómo costear sus estudios en la universidad, año tras año unos pocos protestan por el pase escolar, el valor de la PSU se hace cada vez más excesivo, la ponderación de notas de enseñanza media (NEM) es una burla, entre otros muchos problemas que nos afectan directamente a nosotros y a la gente que nos rodea.

El Centro de Alumnos es el medio de participación más importante del mundo secundario y lamentablemente lo estamos desaprovechando. Es una organización para canalizar ideas, planes y especialmente problemas de los estudiantes, sin embargo, esa misión no se cumple en la mayoría de los colegios. Las ideas son las mismas que hace 5 años, los planes se repiten cada periodo y los problemas parecen no existir: la tradición es un hecho.

Espero que además de todas esas actividades típicas que hacen de un Centro de Alumnos una productora de eventos, sea una tradición trabajar por una justicia social, que sea una tradición ayudar al prójimo, que sea una tradición la solidaridad, que sea una tradición y un deber de todo estudiante luchar por todo aquello que creemos justo, es un deber trabajar por una sociedad sin discriminación y sin desigualdad.

“No seré yo, como rebelde estudiante del pasado, quien critique su impaciencia, pero tengo la obligación de llamarlos a la serena reflexión”, nos decía Allende. Parece que nos convertimos en personas muy pasivas y nuestra profunda reflexión está agobiando a mucha gente que clama por el amparo de una mano amiga.

Convirtamos nuestros ideales en trabajo y dejemos de lado la indiferencia. Muchas cosas pasan por nuestros ojos y no reaccionamos. Hagamos del actuar y trabajar por la justicia una tradición.

Este fue el paper que hice para el boletín informativo "El Megáfono" en su primera edición (pronto se viene la segunda edición) el que fue entregado en el foro que hicimos con Acción Política Secundaria (A.P.S).